Las Oportunidades

Cuantas veces en la vida deseamos que lleguen las ansiadas oportunidades, para lo que fuera, aunque no esperemos nada determinado, pero siempre queremos una oportunidad, al menos la oportunidad de tener oportunidades. Dichosos aquellos que la tienen, dichosos aquellos que el universo les presenta una oportunidad. Pensemos profundamente lo siguiente: “absolutamente todas las situaciones con las que te enfrentas en la vida, son elecciones que hace tu alma, antes de encarnar”; esto es obviamente a un nivel de conciencia álmica difícil o imposible de concebir a nivel de conciencia mental. Por lo que no deberíamos siquiera pensar en optar o no por esa oportunidad. Una oportunidad es una inmensa puerta que se abre, son dos brazos muy fuertes queriendo abrazarte, una oportunidad es el mañana, pero hoy.

La posibilidad de tener una oportunidad implica innecesariamente un cambio, podemos seguir con la misma estructura con la que veníamos (en estos casos el miedo es el principal factor que nos impide aprovecharla) o bien hacer nuestra esa oportunidad y sacarle todo el provecho posible.  En este último caso el coraje, la valentía, y hasta la intuición son factores determinantes.

Cuando pensamos mucho una situación, cuando la analizamos, cuando la planeamos es muy probable que se caiga, que no resulte, que se cancele; por el contrario cuando la espontaneidad es el marco en el cual la situación se desarrolla, todo fluye naturalmente. Me ha pasado, debo confesar, y muy recientemente, la idea de planear una situación, una invitación, una salida y la oportunidad estaba casi lista, cada detalle, cada palabra había sido analizada más de una vez, pretendía que todo saliera perfecto, que todo brillara, que fuera ameno. Indudablemente nada sirvió cuando la invitación se cancelo, y me quede con los proyectos solo en mi cabeza; ahora cuando tuve la oportunidad de hablar sin un plan de por medio, es como que todo fue súper natural, ameno, intuitivo, sincero, espontaneo y satisfactorio. Esa oportunidad que se me había truncado se convirtió en una gran oportunidad cuando deje de lado el pensamiento-mente (uno de los principales boicoteadores del ser humano) y simplemente la situación fluyó.

Durante la vida las oportunidades van apareciendo y en muchos casos la oportunidad esta delante de nuestras narices (como bien lo dijiste) solo que no nos animamos a verla, a valorarla o simplemente no somos capaces de entender lo importante y verdadero de esa oportunidad.

La suposición (arma letal de la mente) es uno de los aliados del fracaso, un rival espontaneo del coraje, con esa suposición nos armamos (por miedo, nuevamente) de esa coraza impenetrable, y comenzamos a poner “peros” en cada probable oportunidad; aparece el prejuicio y la suposición y te comienzan a hacer ver todas las posibles “fallas” o errores que la oportunidad está planteando. Es realmente un arma infalible la suposición ya que nos lleva a creernos cosas que pocas veces se condicen con la realidad, de hecho armamos una realidad paralela, en donde la objetividad es nula, y todo está sujeto a la decisión monárquica de nuestro ego. En muchas oportunidades suponemos, todo el tiempo, y siempre la suposición surge para desbarrancar la fantasía, el amor y el bienestar, y está acompañada de despecho, de ira, de bronca, de celos y de negatividad.

Nunca suponemos para bien y en su defecto, no solo suponemos para mal, sino que actuamos en consecuencia y ninguna reacción basada en una suposición puede traer buenos términos. Ni siquiera nos tomamos el tiempo para escuchar o para, incluso, plantearnos el error de nuestra suposición, entonces nos enroscamos mas y mas en algo totalmente fantasioso y efímero. La suposición elimina definitivamente la oportunidad, la aniquila, juega con ella y la termina botando.

Lo que debemos dejar bien claro es la posibilidad de la oportunidad, el universo nos está escuchando, nos está respondiendo, sabe lo que necesitamos y, como madre con su hijo, nos regala un precioso presente, una oportunidad. Escuchémosla, amémosla y estemos seguros, intuitivamente, que si llegó es por qué debería llegar, ya que no existe tal cosa como la casualidad, nada es casual, simplemente las mentes bajas inventaron esa palabra para darle un sentido a algo que no le encontraban explicación.

La oportunidad es la respuesta que nos da la vida a la gran pregunta que le estamos haciendo.

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