La lágrima del pez

 

Según ctriste_pez-1024x768uentan las historias hace miles de millones de años no existía agua salada sobre la faz de la tierra. Al menos no hasta la primer lágrima de un pez…

La lágrima del pez.

¿Cómo sería la luz en un mundo sin noche?

Este pez, el primer pez en llorar en la historia del mundo submarino, tenía un nombre larguísimo de algo así como 17 letras y 28 de ellas eran vocales, increíble! Como resultaba muy difícil nombrarlo, sus amigos le llamaron Amidán. Amidán pasaba largas horas del día investigando el lecho marino, se alejaba mucho de sus amigos solo para investigar, su curiosidad innata lo llevaba a explorar recónditos lugares y su imaginación, en la cual nunca escatimaba, lo hacía vivir aventuras increíbles. A pesar de todo esto Amidán era un pez muy común, pasaba desapercibido entre los demás de su especie, la sertourinitis paulimulilover, que fue descubierta recién en el año 1836 por un biólogo Alemán llamado Hugo. Y sus horas, días, semanas y meses los gastaba tratando de esconderse de sus depredadores, era una vida muy.. aburrida pero era su manera de vivir. Amidán y los de su especie no conocían otra manera de vivir, y esto no era justo, esta forma de vivir sobreviviendo no es para lo que Amidán había nacido.

Una tarde volviendo de una de sus aventurescas expediciones conoció a.. bueno su nombre era tan largo que tenia 27 letras, de las cuales 34 eran consonantes, así que sus amigos le decían Laupa. Laupa era una pececilla de la especie pauimpostina impretunderis descubierta en 1912 por un biólogo Alemán llamado Hugo. Amidán y Laupa comenzaron una inexplicable amistad, venían de dos mundos diferentes, dos especies distintas; ella de aguas cálidas, dulces y serenas, él de aguas frías, dulces y turbulentas; pero igualmente congeniaban de una manera fascinante. Al poco tiempo, muy poco tiempo Amidán comenzó a sentir un profundo amor por Laupa, tan profundo y tan grande como irreal, pero Laupa no estaba preparada aún para expresar sus sentimientos y por esto Amidán no decía nada, no expresaba nada, seguía aparentando ser su amigo, sin dar señal alguna de lo que la amaba. Los días pasaban y cada vez que se veían las pulsaciones de Amidán se aceleraban, cambiaba su pulso, su estado de ánimo, su humor, todo era diferente, todo giraba en torno a Laupa y su amor le rebalsaba el pecho. Pero él se mantenía al margen sin que ella ni nadie lo notase, sus sentimientos estaban encarcelados en lo más profundo de su corazón.

Todo mantenía su curso, la vida seguía siendo aburrida e infructuosa, vivir escapando de depredadores, era una monotonía poco saludable que de alguna manera iba a cambiar. Lo ocurrido la noche del 24 de junio de aquel año en el que los fríos inviernos congelaban el océano iba a ser un ancla en la vida de Amidán, aquella noche el peor de todos los males jamás imaginado estaba a punto de salir a la luz. Laupa ya no quería ser su amiga, veía en Amidán ciertos sentimientos que la atemorizaban y eso la hacía alejarse de él.

Cuando Amidán se entero de esto un extraño sentimiento broto, una angustia alojada en su pecho quiso expresarse, y lo hizo! Y por primera vez en la historia del mundo submarino un pez lloró.

No entendía que es lo que ocurría, sentía que de sus ojos algo salía, pero no podía ver que era, no podía distinguirlo, hasta que “eso” llego a sus labios, allí fue cuando por primera vez en eones de tiempo, en infinitas galaxias, en distintas dimensiones, eso que tenia un sabor extraño inicio su proceso de conquista de las aguas marinas. Amidán no podía contener sus lágrimas, su angustia era infinita y el llanto, brotando a borbotones se expandió una, y otra, y otra, y otra vez. Días después los miembros del cardumen notaron este extraño sabor que el agua tenia y siguiendo el rastro dieron con el origen. Los ancianos contaron diversas historias, fabulas y leyendas que aseguraban que hacía miles de años sus ancestros habían experimentado este llanto, que no era común en los de su especie, si en las especies terrestres, pero que muy ocasionalmente podía suceder, solo si la angustia o la felicidad eran magníficamente impresionantes, y como la vida en el lecho marino era monótona y aburrida, de felicidad seguro no iban a llorar.

Amidán no tenía consuelo, lo único que había amado en la vida lo había perdido. Y esto era definitivo y para siempre.

Con el tiempo las cosas comenzaron a cambiar en las aguas marinas, si bien Amidán dejo de llorar, su angustia no desaparecía de su pecho y al agua no perdía ese extraño sabor. Pero todo esto se había vuelto común y cotidiano. La vida en general seguía siendo aburrida aunque algunos se animaban a tomar ciertos riesgos.

Aun hoy los ancianos cuentan la historia de Amidán y su amor, aquel amor que no fue en vano, el que dejo una pequeñísima huella; a partir de ese entonces jamás nadie se olvidaría que alguna vez un pececillo lloro tanto que sus lágrimas le cambiaron el sabor al mar.

 

La pelota mágica

ImagenAun recuerdo como la observaba, recuerdo haberla encontrado aquella tarde en la infinita playa donde solía pasar mis momentos mas divertidos, aquella playa era espectacular, magnífica, un universo para mí y mi imaginación.

Cayendo por una duna la encontré, apenas se la veía, parecía flotar entre la arena universal, brillaba!! Como brillaba!! Parecía tener vida! Era chiquita, de muchos colores, azulada, amarronada, con algunas betas blancas, y muy pero muy inconstante.

Aquella noche la lleve a casa y la puse junto a mis recuerdos, el estante de mi habitación era un sinfín de cosas, todo lo que encontraba en la arena terminaba allí! Ya tenía 15 pelotas y todas las noches en un viaje sideral les prometía la aventura mas maravillosa! No iban a ser pelotas de fútbol, ni de tenis, ni de ningún otro deporte, estas pelotas iban a ser importantes, lo sabía!

Las ordene adecuadamente y les enseñe las reglas para jugar, nunca dejaron de seguirlas, la mas grande era el centro de todas, la roja, preciosa, gigante, magnifica, ella era mi preferida! Y después seguían en un orden no muy ordenado pero si muy respetado, ellas se movían de acuerdo a mis reglas e intenciones y jugábamos a que nunca dejasen de girar, la que primero paraba salía del juego.

Una noche note que una de ellas había cambiado su aspecto, algo raro tenia pero no podía entender que era, la mire detenidamente, muy pero muy de cerca… había algo!.. no podía ver que  era, fui corriendo hasta el armario y entre mis útiles saqué un pequeño microscopio de juguete que me habían regalado el año anterior.

NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! Tuve la necesidad de salir corriendo y avisarle a mis padres, pero no iban a creerme, ¿y si me la querían sacar? No! No podía permitírselos. Aquella noche cambio para siempre el rumbo y el sentido de mi vida, todo lo que alguna vez había imaginado acababa de materializarse delante mío. Un mundo maravilloso estaba justo frente a mi.

Ese verano duro poco pero fue uno de los más increíbles de mi vida, descubrí que nada se escapaba a mi imaginación y que podía hacer lo que quisiera con un simple deseo.

Lo que vi con el microscopio era fascinante, una especie de seres diminutos, agrupados, trabajando o haciendo alguna labor que no podía entender, pero cada uno con su función, la esfera tenia diferentes regiones en donde cada “individuo” tenia distintas maneras y actividades que hacer; los seres eran bastante extraños y fue cuando entendí lo complejo de la situación, es mis manos tenía vida.

Esta esfera habrá caído del cielo? Será un planeta diminuto de alguna otra galaxia? La habrán traído seres del espacio? Millones de preguntas para un chico de tan solo 9 años.

La situación era tan emocionante que quería contárselo a todos! Pero no podía!! Quizás perdía el único lazo real que tenía con mi imaginación! Siempre había soñado algo así.

Todos los días la observaba, miraba a sus especímenes, todos distintos! Algunos volaban, otros nadaban, otros solo iban por la tierra, y algunos eran tan pero tan pequeños que casi no podía verlos. Cuando tenía que irme a la escuela dejaba la esfera muy bien cuidada bajo el resguardo de Simón, mi mascota, aunque a veces cuando volvía la esfera había caído de donde la dejaba y los pobres seres sufrían la consecuencia y todo su mundo era destruido, pero ellos en muy poco tiempo volvían a reconstruir todo! Eran maravillosos! Incluso recuerdo una vez que se me cayó dentro de un balde con agua, pobres! Qué lástima me dio verlos sufrir terrible inundación!

Pasaba casi todas las horas del día pensando en la esfera e incluso desatendía mis obligaciones por eso, hasta deje de jugar con las otras esferas que tenía! Pero es que le tenía un amor tan inmenso a esos seres, verlos trabajar, verlos hacer cositas diariamente, eran increíbles, estaba fascinado. Aunque debo reconocer que no todos eran tan maravillosos, había algunos, no muchos, que no hacían bien las cosas y se dañaban a sí mismos.

La escuela era un tiempo muerto para mi, y mis calificaciones no eran las mejores, estaba completamente ido y mis padres tuvieron que tomar medidas.. adiós a los amigos, adiós a las salidas, adiós a los paseos; ya mi mundo se limitaba a mi habitación, a los cuadernos y a lo mas maravilloso jamás conocido..

El tiempo pasaba rapidísimo y yo en mi mundo, sin darme cuenta la feria anual de ciencias se aproximaba y obviamente quería ser la estrella! Prepare varios proyectos pero ninguno llegó a convencerme, el tiempo se acotaba y no me quedaba mas remedio que presentarles a mi esfera! Lo dude mucho, pero como todo chico, en algún momento quería resaltar, quería llamar la atención de todos, no era mi culpa.. había que ser así..

El día había llegado, dentro de mi mochila el proyecto mas importante de mi vida, y los nervios se habían apoderado de mí; cuando escuche mi nombre me puse de pie, caminé hacia el escritorio principal, abrí la mochila y lo enseñe

Los aplausos caían de todos lados, las ovaciones eran increíbles, me sentía el mas grande y poderoso de todos!  Lo había logrado, ahora si era el centro del universo.

“señoras y señores con ustedes… La Tierra”

 

 

-Realmente espléndido! Como director debo reconocer que ningún otro alumno trajo algo asi jamás! – alumno Dios, lo felicitamos…

Tropiezo, tropiezo, tropiezo, trapecio!

ImagenComo casi en todas las funciones Sarni el guardián del circo se quedaba a un lado, escondido detrás del telón esperando la aparición de Maya una de las gemelas, Maya era una de las integrantes del flamante “Cirque du L’ amour” que recorría los diferentes pueblos del país contagiando cada rincón con su alegría, su felicidad y su talento. Era el primer circo sin animales, Don Mario, su dueño, no estaba de acuerdo con el trato que recibían los animales que se adiestraban para trabajar en el circo.

Sarni, en principio, fue adoptado por Ana, la mujer barbuda, y ésta decidió llevarlo consigo cuando se dio cuenta que solo era un perrito callejero abandonado; hace ya tres años que disfruta de viajar por todo el país y de tener amigos! Ya no pasaría las noches en soledad y muerto de frio, ya podría disfrutar de tener un techo y de la compañía y el calor del hogar.

Sarni era el encargado de la seguridad del circo junto a él estaban “picho”, “el flauta” y “tenazas” tres callejeritos que fueron rescatados por Don Mario y por las gemelas brillantina, las más espectaculares contorsionistas, malabaristas y trapecistas que jamás hayan visto.

La vida en el circo era hermosa, siempre había una aventura por vivir, siempre había algún colado que intentaba meterse por debajo de la carpa y mucho muchos juegos por inventar; pero Sarni no se contentaba con eso, se pasaba largas horas mirando y admirando a las gemelas brillantina, eran preciosas, y cuando estaban colgadas del trapecio parecían volar! Que nervios tenía que pudieran caerse y hacerse daño.

No todos estaban tan divertidos con esa vida, lamentablemente Don Mario no la pasaba tan bien, la situación económica del circo no era muy buena y habían intentado rematarlo en reiteradas oportunidades, las deudas eran muchas y se iban acrecentando cada vez  más.

Todos los días cuando el circo descansaba en la profunda tranquilidad de la noche Sarni empezaba su rutina de malabares, tomaba las clavas e intentaba primero de a una, luego de a dos, luego de a dos, nuevamente de a dos.. pero no había caso! No podía mantener las clavas en el aire, terminaba tropezando  y tirando todo al piso!

Su rutina como malabarista era pésima  y el trapecio le daba mucho miedo, por lo que intento ser contorsionista. ¿Como lo ven?, el primer perro contorsionista del mundo!  El circo sería un éxito y podría retribuirle a Don Mario todo lo que éste había hecho por él.

Lo intento reiteradas veces pero siempre debía terminar pidiéndole ayuda  a “el flauta” para que lo ayude a desenredarse, lograba meterse dentro de una caja pequeñísima hecho todo una bolita de pelos y huesos donde apenas se le veían los ojitos, pero luego necesitaba media hora y mucha ayuda para poder volver a pararse y saludar al público, evidentemente esto tampoco era lo suyo.

La crisis que afectaba al país no paso inadvertida por el circo, y por otra parte la gente se entretenía con otras cosas, con teléfonos, computadoras y consolas de video juego, la magia por el circo se había acabado y con ella se acababan los mejores años de su vida.

Fue cuando su gran amigo “el flauta” hizo su gran aparición en esta historia; una de las noches estaban juntos jugando en la soledad de la gran carpa y entre corrida y corrida “el flauta” lo atropello y golpeó muy duro en la cabeza, Sarni cayo tendido y estuvo unos segundos sin poder recuperar la conciencia. Allí tuvo una de las visiones más increíbles de su vida, al despertar salió corriendo subió la escalerita del mástil, y sin dudarlo mucho, tomo con fuerzas el trapecio, cerró los ojos y se lanzo al vacío mismo. Era imposible imaginarse aquella situación y “el flauta” fue testigo presencial de semejante acto de valentía.

Los días siguiente Sarni observaba con detenimiento la rutina de las gemelas brillantina, pasaba horas viéndolas ensayar;  y por las noches intentaba copiar todos los detalles de los actos de trapecio.

Cuando por quinta vez vinieron a querer rematar el circo Sarni no lo dudo, salieron una noche con “el flauta”, “picho” y “tenazas” y llenaron el pueblo con carteles anunciando el espectáculo jamás visto! Por primera vez en la historia circense  Sarni el perro trapecista!

La tarde siguiente fue muy rara, la cola para la compra de tickets era interminable, todo el pueblo había asistido y los rumores en la fila hablaban de un “súper perro”, Don Mario no entendía nada, y la noche ya empezaba; las cosas andaban mal pero nada iba a quitarle esa emoción que sentía al iniciar cada show, el entusiasmo y orgullo que sentía en cada presentación.

Mediando el final del show el público empezó a impacientarse, se pararon en sus butacas y como una masa enardecida comenzaron al grito de “Sarni.. Sarni..” – “vamos súper perro”  – “perro maravilla”.. Don Mario no comprendía nada, pero no había tiempo para explicaciones, mientras “tenazas” espantaba  a gruñidos al iluminador y “picho” hacía lo mismo con el sonidista, “el flauta” daba sus últimas palabras de aliento a Sarni.

Las luces se apagaron, el sonido del redoblante comenzó a surgir, mientras un reflector iluminaba a lo alto de la carpa, la silueta de Sarni apareció.. el público quedó en silencio, Don Mario tuvo que tomar asiento.. el show estaba por comenzar..

Las siguientes noches pasaron prácticamente de la misma manera, el público volvía una y otra vez, los tickets no alcanzaban y la gente se quedaba afuera sin poder presencias el show.  La masividad fue tal que hasta los medios de televisión y gráficos se hicieron presentes, el show de Sarni fue todo un éxito.  Gracias a eso pudo retribuir con creces todo lo que Don Mario había hecho por él y todos sus compañeros.

Sarni no sabía mucho de dinero, de cheques ni de pagarés, pero sabía y entendía muy bien el concepto de gratitud, algo que a veces las personas solemos olvidar.

La oruga rebelde

oruga-feliz-11856114Leticia era una oruga ordinaria, común, silvestre, pero fulera no como el resto de las orugas, todas tenían colores llamativos, preciosos, increíbles, salvo Leticia, aunque su particularidad era ser rebelde! Pa!! Que rebelde que era Leticia, siempre tenía un “pero” para todas las cosas, y no era que estaba en la típica edad adolescente de rebeldía, no. Desde chiquita fue rebelde, el día que nació tardo 2 días más que el resto de las orugas que suelen tardar entre 8 y 10 días en romper el cascarón, ella tardó 13 días! Y no porque no tuviera fuerzas, de hecho estaba muy cómoda allí dentro, pero de rebelde no más, no quería salir.

En cuanto salió del cascarón comenzó a alimentarse tanto, tanto, tanto que no dejaba de engordar pero ella era feliz así. Sabemos que la vida para Leticia era distinta, ella apreciaba la naturaleza y entendía la belleza de su entorno, incluso hasta los animales más feos del bosque le parecían preciosos, era amiga de todos, hasta de sus depredadores! No entendía el peligro de que pudieran comérsela.

El tiempo pasaba y ya había visto como sus hermanas mayores se habían convertido en crisálidas  y hasta vio a sus tías volar como espléndidas mariposas, ese es el futuro que le esperaba.

Aunque soñaba con poder volar, no estaba convencida aun de pasar nuevamente un largo tiempo metida dentro de la crisálida, ella quería estar a la intemperie, no perder a sus amigos insectos y seguir devorando las hojas de los árboles. Uno de sus amigos, Felipe, un escarabajo marrón, fornido, de buena talla, no tanto elegante pero muy muy gracioso soñaba en que Leticia no mutase, y ella soñaba en que Felipe fuera su príncipe azul, aunque de príncipe no tenía nada, ni una larga y linda cabellera, ni un caballo blanco donde galopar, pero para Leticia Felipe era mas que un gran amigo.

Días antes de comenzar el proceso para convertirse en crisálidas las mariposas adultas reúnen a todas las orugas y les enseñan al respecto de lo que vivirán dentro de la crisálida, les contaran sus experiencias en la mutación, y les harán ver lo espléndidas y preciosas que serán siendo mariposas; era un proceso largo y doloroso que tenían que afrontar, era parte de su naturaleza.

Pero ella se amaba así, tal cual como era y no quería perder a Felipe, fue cuando decidió no mutar! Hablo con Esther una de las mariposas lideres y mas adultas de la colonia y le planteo la situación, ya todos sabían de lo rebelde que era Leticia, pero nunca imaginaron que no iba a querer convertirse en una esplendida y bella mariposa, si bien era un proceso doloroso, jamás en la historia de la colonia se había conocido un antecedente tal, hubo alguna que otra que se rehusaba, que demoraba unos días más, pero que al final de cuentas lo aceptaba.

El día estaba fijado y todas las orugas debían estar puntualmente a las 7 am en la rama número  13 del árbol, las orugas más pequeñas venían a despedir a sus hermanas mayores, las mariposas se despertaban temprano para ver a sus amigas y familiares comenzar el proceso, era un ritual increíble en el que nadie debía faltar, hasta los insectos amigos se acercaban a presenciar semejante ceremonia.

La lista estaba conformada por 26 orugas entre las cuales estaba Leticia, por supuesto, que aún no había llegado pero como hija de la reina siempre podía tomarse sus licencias, permisos,  llegadas tardes y demás, pero sus atribuciones no eran por la madre que tenía sino por lo rebelde que era.

La hora había llegado y la ceremonia estaba por comenzar;  su madre, la reina Matilda, ansiosa por el momento no se había percatado de tal situación y comenzó a listar una por una a las 26 orugas, al llegar el turno de Leticia todas las orugas quedaron enmudecidas; seguramente se habría retrasado arreglándose, maquillándose, era un evento tan importante que no se podía asistir de otra forma que no fuera de gala, todas las orugas parecían princesas.

La lista siguió, pasaron los nombres, los minutos, los saludos, las despedías, todo pasaba, menos ella.. La idea de que algo malo pudiera haberle ocurrido estaba latente en la cabeza de su madre, algún depredador quizás..?

La ceremonia concluyó, cada invitado se retiro a su hogar, y Matilda con un gran suspiro emprendió el largo regreso a casa, al llegar encontró una nota colgada en la entrada.

“Querida Madre:

Lamento haberte defraudado, y defraudado a la colmena, lamento no ser lo que esperabas y traicionar a quienes esperaban de mí, que asistiese. Pero no podía, no quería, no estaba en mi naturaleza cambiar yo me amo así como soy, me siento preciosa y lo soy, y no necesito convertirme en mariposa para aceptarme, me duele que tenga que convertirme en mariposa para que el resto de la colmena me acepte, me encantaría que me acepten como soy y no por como luzco. Tuve la suerte de encontrar a Felipe que me ama por lo que soy y no por lo que parezco, con él me siento libre, plena y realmente feliz.

P.D. Ojalá algún día dejen de juzgar a las orugas por como son y empiecen a darse cuenta que todas somos una hermosa mariposa por dentro, te ama Leticia”.

La generación I

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Matias era un chico especial, distinto, había nacido en un momento en el que mundo estaba cambiando, una nueva generación de personas, de seres estaba naciendo, inconscientemente todos tenían las  mismas características, algunos lograban despertarlas otros no.

Mati era muy común y parecido a los demás, pero sabia cosas que muy pocos sabían, a los 5 años empezó una carrera interminable que lo llevo a ocuparse en temas que nadie se ocupaba, su amor y preocupación por la naturaleza y todos los seres vivientes era tal que ni podía matar un mosquito.

No todos los adultos podían notar estas particularidades, solo aquellos que habían logrado abstraerse de mundo cotidiano, de la superficialidad podían verlo, pero entre ellos si se reconocían.  Todos los días, camino a la escuela, se detenía a saludar a cada perro que corría a ladrarle, a todos los callejeros, gatos, árboles y plantas, caminaba por el mundo con una sonrisa en el rostro, iluminaba con su presencia, y su risa, por dios, que hermosa era su risa!!!

Mati pasó los primeros años de su vida en la ilusión más grande y maravillosa, la música, los aromas y los colores, adornaron los primeros 20 años de vida, y sus sueños rebeldes, revolucionarios y utópicos eran casi una realidad.

Mati creció, entro en un mundo que desconocía y con el cual le resultaba difícil lidiar, Mati entro en el mundo gris de la cotidianeidad, del trabajo, de las responsabilidades, de los amores superficiales, de las calles estrechas, del cemento, del ruido, de la televisión. Dejo de soñar y caminar por las calles, ahora su vida la planeaba mediante las redes sociales, sus amigos eran fotografías vacías en el monitor de una computadora. Aquel niño especial, divertido, maravilloso, aquella generación de chicos distintos fue absorbida, devorada, aniquilada por el mundo de los mayores, el mundo gris que camina pero no avanza, el mundo gris con límites imaginarios, y castigos infundados, el mundo gris donde no se sueña, donde no se ama, donde no se vive.

Pero Mati recordó, siempre recordaba lo que había soñado y decidió empezar a vivir, trato de dejar el mundo gris de preocupaciones y lamentos, intento dejar las superficialidades y responsabilidades, intento ser el niño que alguna vez había sido, pero no había lugar para aquel niño hoy, ya no le quedaba tiempo, lo había perdido, no podía, no lo dejaban!

Tomo coraje y rompió las cadenas, se paso las reglas por donde quiso y no le importo nada más que su vida y su amor hacia la misma, Mati no quiso crecer, no quería esa vida pero nadie lo entendió, ni su propia familia, ellos mismos fueron quienes tomar la decisión, lo dejaron ser y Mati se los agradeció infinitamente.

Hoy lo recuerdan como aquel niño soñador o el adulto inmaduro que llegó a ser, hoy lo van a visitar los sábados y lo sacan a pasear 3 o 4 horas a la placita de a dos cuadras, hoy encontró su lugar en el mundo, y encontró allí a muchos de aquella generación que no se dejaron devorar por el mundo de los adultos. Los psiquiatras lo tratan bien y él también a ellos, siempre y cuando no lo dejasen volver al mundo de los adultos.

El niño que quería ser pez

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Juan había nacido en un barrio común, con gente común de una familia común, pero Juan no era común, Juan soñaba! Había nacido con un problemita que le impedía ser tan “normal” como el resto de los chicos, y su capacidad para desenvolverse en este mundo, cruel, estaba limitada. Pero Juan no se daba por vencido y no pensaba hacerlo.

Encontró en su silla de ruedas un vehículo increíble y maravilloso en el cual las mejores aventuras arriba de su máquina podían llevarlo a competir en los más importantes certámenes de F1.

Sus padres sufrían la imposibilidad que tenía Juan, aún mucho más que el mismo niño, pero sabían que por su carácter nada iba a detenerlo. Juan se movía tan bien en su silla que había empezado a practicar varios deporte, pero Juan quería más!

Sus vacaciones eran la pileta del club, amaba el agua como a nada en el mundo! Le hubiera gustado poder mover sus piernas para zambullirse o hacer bomba! Pero no podía.

Su tío Alfredo, hermano de su mamá, sabía de este amor por el agua y decidió darle la sorpresa más increíble que pudiera regalarle. Le tenía planeado un fin de semana fascinante en Puerto Madryn, justo en la época del avistamiento de ballenas!!

Los ojos de Juan cuando Alfredo se lo conto, eran los ojos del niño mas emocionado del mundo, el paseo no solo prometía el avistamiento de ballenas, sino también nadar con un grupo de delfines en el delfinario de la ciudad. Solo restaba la autorización de mamá y de papá. Tras una larga charla y discusión mediante, la autorización fue denegada.

Alfredo no podía creer lo que estaba ocurriendo, era el sueño de Juan, siempre había amado el agua, y los animales, y esa podía ser una experiencia sin igual; pero sus padres entendían también que las dificultades de Juan podían transformar la experiencia maravillosa en una tragedia. Empapados de temor y angustia decidieron negarle al niño la aventura.

Juan no volvió a ser el mismo.

Podría decirse que Juan cayó en un pozo depresivo, podría decirse que necesitaba volver a sus consultas con el psicólogo, podría decirse que era normal tener estos altibajos, pero Alfredo sabía cuál era la solución y no podía ver más los ojos tristes y perdidos de su único sobrino.

No dudó mucho y sabía muy bien lo que tenía que hacer, aunque aquello significase romper las reglas, quedarse sin familia o hasta ser denunciado a la justicia.

La mañana siguiente no se lo escucho a Juan, el silencio era abrumador, y ya hacía tiempo no despertaba cantando, pero esa mañana era distinta. Cuando su mamá fue a despertarlo encontró que Juan no dormía, Juan en ese preciso momento estaba iniciando la aventura de su vida!

Alfredo había planeado todo y lo sorprendió durmiendo a las 3 am, con un susurro lo despertó, lo ayudo a vestirse y le preguntó si estaba preparado para el viaje, en aquel momento Alfredo era su héroe!! Sin dudarlo, se despertó rápido, se cambió y en pocos segundos estaban rumbo a la aventura.

El viaje era largo, unas 5 horas aproximadamente, durante el mismo Alfredo le fue contando historias de cómo sería el mar, historias de navegantes, incluso de vacaciones alocadas que había tenido, la complicidad era tal que Alfredo, su tío, ya no era su tío, ni su héroe, esta vez ya tenía capa y antifaz de superhéroe, súper Alfredo!

Cuando el horizonte se lo permitió y la ruta parecía adentrarse en el mar Juan lloró! Lloro de alegría, de felicidad, y entendió que la vida no era peor o mejor por su condición, la vida era la misma para todos, solo había que tener un superhéroe aventurero de tío.